El surgimiento del ballet obligó a cortar las faldas. Por una parte, para dar mayor libertad a los pies de la bailarina y, por otra, para que el público pudiera ver las acrobacias sobre las zapatillas de punta. Así surgió el famoso tutú, el diminuto vestido del ballet clásico.
En los ballets románticos, se usa como su etapa lo indica, el ballet romántico. Mucha gasa, hasta los tobillos, largo y dejando una sensación etérea. Lo podemos apreciar en ballet como Giselle, Grand Pas de Quatre, La fille mal gardè, La Sílfide y el escocés...
En los ballets clásicos, se usa el tutú clásico, más corto, con colores exagerados, altamente decorado y mucho más elaborado actualmente. Lo podemos apreciar en los grandes clásicos como o son Quijote, Lago de los Cisnes, La Bella Durmiente, Bayadere, Corsrio, Grand Pass Clssique...
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