La primera comida del día es esencial para el correcto desarrollo de la jornada. Durante el sueño, muchas funciones cerebrales "se duermen" necesitando por la mañana el combustible que les proporcionará la primera ingesta del sía para reactivarse y afrontar toda la jornada con fuerzas, pudiendo pensar con rapidez y comunicarse de forma apropiada con el entorno. El desayuno debe contener el 25% de la energía que utilizamos durante toda la jornada ya que suministra al cerebro y organismo los nutrientes necesarios para comenzar el día con vitalidad.
El perfil de un desayuno saludable debería estar formado por un apartado predominante de hidratos de carbono, un aporte de proteínas y lípidos, acompañado de una buena dosis de alimentos con fibra. Por ello, para que un desayuno sea equilibrado debe contener principalmente cereales, lácteos y frutas.
El pan por su alto contenido en hidratos de carbono supone una ayuda a la hora de equilibrar la dieta. Además, aporta una cantidad importante de fibra, especialmente el pan integral.
3 Desayunos completos y rápidos
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